La recesión no ha llegado, pero sin medidas está a la vuelta de la esquina

Los últimos días están siendo pródigos en opiniones sobre si se va a producir una ‘double dip’ en la economía global, o lo que es lo mismo, si después de casi 4 años desde que se inició la crisis financiera, el mundo va a volver a entrar en recesión. A los pronunciamientos de la directora general del FMI, Christine Lagarde, o del presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, urgiendo soluciones para evitar una recesión inminente se contraponen las palabras más tranquilizadoras de otros ‘policy makers’, como el presidente de la Comisión Europea, Durao Barroso.

Lo cierto es que el debate sobre la nueva recesión en EEUU y la UE es el tema central desde hace semanas, como avanzó en su momento The Economist, y surgen las distintas posiciones encontradas de especialistas, unos a favor de medidas que estimulen la economía para evitar ahondar en la caída del crecimiento y otras defensoras de mantener las políticas fiscal y monetaria más restrictivas.

En este interesante artículo (‘Monitoring the risk of global recession») en FT, Gavyn Davies analiza con detalle distintos indicadores que muestran a su juicio que las economías occidentales no van a entrar en recesión a corto plazo, pero sí están sufriendo un claro debilitamiento del crecimiento que, si no se pone remedio, puede ser la antesala de esa nueva recesión.

Lo interesante del artículo es el mensaje: la recesión no va a enseñar los dientes en el tercer trimestre todavía, pero hay que adoptar medidas para que el deterioro no persista porque es muy difícil que las economías sigan en tasas de crecimiento como las actuales, en torno al 1%. Estamos, pues, en una encrucijada: o las economías rebotan por encima del 2% o irán para abajo.

Felicitación Navideña