The Economist ataca este semana el tema más crítico y central de la crisis económica: el desempleo. En su portada y primer editorial ‘The quest for Jobs’ afirma que no es imposible para los políticos de los países occidentales reducir una tasa de desempleo que asusta, y da un dato estremecedor: los parados en los países de la OCDE suman 44 millones, equivalente a la población total de un país como España.
En ese editorial, el semanario británico cuestiona algunas decisiones adoptadas en los últimos años por los Gobiernos, como la quizá prematura fijación por controlar los déficits públicos y no dar mayor margen a los estímulos de la demanda desde el sector público, o por el Banco Central Europeo, y su no rectificación de la última subida de los tipos de interés.
Pero más allá de estás políticas de demanda, señala The Economist, se precisan otro tipo de reformas que permitan a Occidente afrontar los retos de la globalización y las nuevas tecnologías.
Y ‘last but not least’, la regulación laboral, a la que se refiere poniendo como ejemplo el caso de España, que también puede marcar la diferencia.
Junto al editorial, incluye un amplio informe especial relacionado con ‘The future of jobs. The great mismatch‘.
Otro editorial se centra en la transformación de los editores de libros (‘Disappearing ink’) debido al efecto, una vez más, de las nuevas tecnologías sobre la industria editorial. Recomendable el reportaje sobre el tema (‘Great Digital Expectations’).