Si quieres ser honesto contigo mismo y con la compañía que lideras, haz este sencillo examen de conciencia. Cuanto más te identifiques con estos siete hábitos, más necesario será una revisión de tu estilo de dirección so pena, en caso contrario, de poner en riesgo toda una compañía.
Esta puede ser la lectura más positiva e útil de este post publicado en Forbes, que resulta de utilidad tanto para los ejecutivos de las compañías como de sus gabinetes o asesores. No se trata de un ejercicio ligero, sino que tiene bastante enjundia, por cuanto es fácil identificar estos malos hábitos, a buen seguro, cuando uno piensa en su propia historia profesional, en la empresa con la que trabaja o ha trabajado, y en otros compañeros o jefes.
La base del análisis es la obra de Sydney Finkelstein, Profesor de Management en una de las más prestigiosas escuelas de negocio, la Tuck School of Business en Dartmouth College. Hace ocho años publicó el libro ‘Why Smart Executives Fail‘ (Porqué los ejecutivos inteligentes fallan) y en la misma recogía estos 7 malos hábitos, que explicaban la caída de empresas como Enron, Tyco, WorldCom, Rubbermaid o Schwinn.
Según el autor del post, algunos de estos malos hábitos pueden observarse ahora en empresas con Research in Motion (RiM), fabricante de Blackberry que parece abocada a ser absorbida por sus errores de estartegia, aunque tampoco quedan ajenas a los mismos malos hábitos, incluso, otras gigantes que pudieran parecer que están fuera de toda sospecha, como Apple, Google o Amazon.
La lista de estos 7 malos hábitos del ejecutivo abocado al fracaso es la siguiente:
1. Verse a sí mismo y su empresa como dominante de su entorno.
2. Una identificación plena entre los intereses personales y corporativos, sin que se distingan las fronteras entre ambos.
3. Pensar que se tienen todas las respuestas.
4. Eliminar sin miramientos a quien no te respalda.
5. Ser portavoces consumados y estar obsesionados con la imagen.
6. Subestimar los obstáculos.
7. Confiar de manera obstinada en lo que funcionó en el pasado.
El corolario de este post de Forbes , de Erik Jackson, es doble: si te identificas con algunos de estos rasgos, es hora de trabajar para quitarlos de tu repertorio; si identificas estos malos hábitos en tu jefe o en los ejecutivos de tu compañía, es hora de que empieces a buscar trabajo en otro sitio.