La tortilla de la inmigración se ha dado la vuelta. Si hasta 2008 España fue uno de los principales destinos de inmigrantes que llegaban al país al calor del crecimiento económico y el boom de la construcción, el pasado año por vez primera hubo una disminución neta de la población, ante el éxodo de muchos de los que habían llegado y de otros, en este caso españoles, que han optado por buscar Eldorado en el extranjero.
La crisis está provocando un movimiento profundo y hay voces que alertan por la pérdida de talento que ello supone. Recientemente se ha sabido del interés de Alemania por contar con titulados españoles, y en Reino Unido se ha incrementado de forma considerable la población española que se ha inscrito en la Embajada como nuevos residentes en el país.
La situación no es sólo un problema español, sino de Europa en general, aunque es en la Península Ibérica -Portugal incluido- dónde más se está produciendo esta huida de personas hacia nuevas tierras. En el caso de Portugal, de hecho, fueron al menos 100.000 personas de sus 11 millones de habitantes las que abandonaron el país en 2011, con destino principal a Angola y a Brasil. España se convirtió el pasado año por primera desde 1990 en exportador neto de gente, a razón de 50.000 personas, según los últimos datos facilitados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Hasta entonces, la media de entradas netas de personas en el país era como media de casi 500.000 al año, espoleados por el boom de la construcción, lo que le situó como el principal receptor de inmigrantes. En el caso de españoles, la estimación del INE es que en el último año fueron 62.000 los españoles que abandonaron el país.
Según una análisis de WSJ, en esta ocasión Latinoamérica está teniendo un papel muy destacado como destino de los españoles que buscan nuevos horizontes.Conforme a los últimos datos disponibles, el 30% de los españoles que abandonaron el país en 2010 escogió el continente suramericano como destino para iniciar una nueva etapa.
Brasil es, sin duda, uno de los destinos preferidos por los españoles que deciden empezar de nuevo. El fuerte crecimiento en el país carioca es el factor clave para entender que se convierta en polo de atracción, con una tasa media de aumento del PIB del 4% en los últimos años.
Si a ello se suma el alto potencial de desarrollo de un país que tiene muchas infraestructuras por construir -y la próxima organización del Mundial de Fútbol en 2014 y los Juegos Olímpicos en 2016-, el círculo se cierra. Señala WSJ, en este sentido, que Brasil necesita casi doblar el número de ingenieros en el país, hasta una cifra de 1,1 millones, en 2020.
De hecho, si se compara la evolución del sector de la construcción en ambos países, la fotografía es muy sencilla de interpretar.
Aunque por razones idiomáticas los portugueses siguen siendo una población con mayor peso en Brasil que los españoles, éstos empiezan ya a figurar en las estadísticas del gigante sudamericano como una de las poblaciones extranjeras con cierto peso. De hecho, según los últimos datos, de los 1,46 millones de trabajadores extranjeros en Brasil, 330.000 eran portugueses y 60.000 españoles, lo que significa que los procedentes de la Península Ibérica representaron casi el 27% del total.
Como señala el artículo de WSJ, más allá de situaciones coyunturales, este fuerte movimiento migratorio tiene el riesgo, a medio plazo, de la pérdida de talento que conlleva. Mucha gente joven, multilingüe y con ganas de trabajar buscan nuevos horizontes ante el desolador panorama en España, Portugal y la vieja Europa.