¿Cuántas veces hemos echado de menos un cargador para nuestro móvil cuando estamos en una reunión que dura ya horas o cuando estamos en un aeropuerto?
Afortunadamente para estos últimos casos ya disponemos en la mayoría de las terminales de columnas que por un módico precio nos permite dar unas horas de vida a nuestros teléfonos.
Pero lo ciero es que la industria del móvil afronta un problema: en paralelo a la explosión constante de los smartphones las baterías siguen sin dar muestras de durabilidad suficiente. ¿Qué hacer cuando no tenemos ningún cargador a mano?
La solución a este problema podría estar muy cerca. Investigadores de la Universidad Wake Forest han desarrollado un sistema que, gracias a la tecnología termoeléctrica, permite cargar los terminales utilizando una pieza de tejido y nuestro propio cuerpo. Así, combinado con la temperatura exterior, este sistema es capaz de convertir el calor humano en corriente eléctrica y hacer funcionar aparatos electrónicos personales.
A continuación os dejamos este vídeo que muestra lo sencillo que es cargar un teléfono con este nuevo material. Estaremos atentos a las mejoras que, según este post del blog de tecnología del Huffington Post, se van a producir más pronto que tarde.