Artículo de Pablo Fernández publicado en Economía Digital
¿Será capaz la banca de dar la vuelta a la tortilla y mejorar su deteriorada imagen? No parece sencillo, la verdad. Aunque hay quien apuesta a que cuando llegue la bonanza económica los indicadores sobre la reputación del sistema financiero español cambiarán a mejor, sería un error pensar que todo se quedara ahí.Es tanto el daño acumulado que la banca precisa de una profunda transformación en la forma de relacionarse con sus clientes y con la sociedad.
Vayamos por partes. Cuatro son los hechos fundamentales que están marcando la agenda del sector: la crisis de las cajas de ahorro, con un coste estimado para el erario público de 75.000 millones de euros hasta la fecha, el 7% del PIB; la comercialización indiscriminada de preferentes y otros productos similares; la ola de desahucios y alzamientos por impagos de alquileres e hipotecas, y las polémicas cláusulas suelo. Además, como elemento clave, la madre de todas las batallas: la sequía del crédito.
Desde un punto de vista estrictamente técnico, es posible que existan argumentos para defender muchas de estas actuaciones.El sector bancario habría hecho bien en aplicarse estos últimos años para construir un discurso mucho más argumentado y de trasladarlo a la sociedad de una manera más eficiente y convincente. Porque, si bien algunos bancos –tanto de los de toda la vida como de las cajas transmutadas a bancos– han hecho intentos de comunicar de una forma diferente, los resultados hasta ahora han sido más bien escasos.
La realidad es que la banca, hoy por hoy, está perdiendo claramente la guerra de la imagen. Y esto no es nada positivo para nadie. (SEGUIR LEYENDO)