Artículo de Pablo Fernández publicado en Economía Digital
Madrid se quedó el pasado sábado a la puertas de la organización de los Juegos de 2020. Y lo hizo con más dolor que en las ediciones previas. Durante toda la semana, se había trasladado el mensaje por tierra, mar y aire de que ‘está vez sí’, ‘a la tercera va la vencida’, ‘ es la mejor candidatura’…A la vista de los resultados de la votación y la eliminación a las primeras de cambio, alguien se equivocó mucho en el diagnóstico y, sobre todo, en la estrategia de comunicación desplegada.
Craso error. Lo de vender la piel del oso antes de cazarlo es una práctica demasiado común en los ámbitos políticos. Y así nos va. La decepción para el madrileño de a pie –e incluso para muchos millones de españoles ilusionados en repetir la historia de Barcelona’92– ha sido mayúscula. (SEGUIR LEYENDO)