En menos de dos años, el porcentaje de tráfico que reciben las webs desde dispositivos móviles ha pasado del 50% a más del 70%, afirma en un reciente artículo en Recode Patrick Keane, presidente de Sharethrough, la compañía estadounidense especializada en el estudio del comportamiento del público online.
Cada vez son más los usuarios que han cambiado la navegación por las páginas webs por la lectura rápida de los timelines que se muestran en su móvil. Es la época del feed – la línea de titulares que muestran las aplicaciones de móvil – y del scroll down. Ha cambiado la forma de navegar, pero también la de leer. En los tiempos del feed, cada vez es más difícil conseguir que un usuario pinche en los enlaces. Y muchas páginas webs convencionales, pensadas para ser leídas en ordenador, están perdiendo tráfico. Los usuarios, ni siquiera entran en ellas, porque la batalla está en otro lado.
«El consumidor vive enganchado a sus feed. Hacen scroll y scroll a lo largo de una línea de infinitos contenidos y listos para hacer click ante algo que les llame la atención», afirma Keane, «y este nuevo comportamiento, que hace cinco años era totalmente desconocido, es sinónimo de un internet moderno construido en torno al feed«.
Para Keane, los tres grandes motores de este cambio de paradigma han sido Twitter, Facebook e Instagram, que al apostar por esta nueva forma de mostrar la información han cambiado «la cultura del consumidor de internet». En 2010, la media de entradas vía móvil a una página web era del 20%. A finales de 2013, los usuarios de móvil superaron a los de ordenador por primera vez. Y desde entonces no han parado de crecer.
Algunos datos muestran el volumen de esta transformación. Sólo Facebook, por ejemplo, tiene por sí sólo unos 1.500 millones de usuarios en todo el mundo. Y la mayoría lo hacen a través del móvil. En 2012, las entradas por dispositivos portátiles suponían un 20% de tráfico en Facebook. Dos años después llegaban al 60%. Y en 2016 están en torno al 80%.
Como explica Keane, el feed crea un modo de comportamiento totalmente distinto. En primer lugar, las webs pierden importancia y lo ganan las historias concretas: el link que la gente comparte y aparece en el timeline de otros usuarios. Esta actitud es más común entre los consumidores más jóvenes. En Sharethrough realizaron una encuesta a millennials sobre sus hábitos de navegación y el 91% afirmó que encontraban los contenidos sobre todo a través del feed. Un 20%, además, añadió que sólo miraba los titulares, sin pinchar en ellos, algo en lo que influye el deseo de navegar rápido y de ahorrar en la tarifa de datos.
Según Keane, la cultura del feed lleva elementos añadidos: a los usuarios les cuesta más pinchar en los enlaces, se soportan peor las interrupciones y hay menos aguante para soportar la intrusión de un vídeo o de un anuncio.