McKinsey hizo un análisis de las prácticas que tienen en común algunos de los CEOs más exitosos del mundo, incluidos en lista de 600 directores ejecutivos de las compañías S&P 500. Dicho estudio arrojó tres valiosas lecciones que las nuevas generaciones de líderes empresariales podrían adoptar para hacer frente a los desafíos de su gestión y obtener los mejores resultados.
Los directivos seleccionados para la investigación habían conseguido que la rentabilidad de los accionistas de las empresas para las que trabajaban aumentara en más de 500%.
También se incluyeron en la lista directores ejecutivos que fueron capaces de entregar los mejores rendimientos durante muchos años, a través del reposicionamiento estratégico y la disciplina operacional. Las tres lecciones principales del análisis son las siguientes:
- 1. Los CEOs que son contratados externamente tienden a ser más estratégicos que los que ya trabajaban en la empresa y han sido promovidos superando a sus contrapartes en la compañía. Esto se debe a que los directivos nuevos son más atrevidos y consiguen resultados sobresalientes, entre otras cosas, porque tienen un punto de vista diferente que desafía la cultura de la compañía, son más objetivos y superan la inercia organizacional que puede llegar a ser muy limitante.
- Los directivos exitosos prefieren empresas donde puedan desarrollar movimientos estratégicos durante sus primeros años de gestión. Cambiar la estrategia exige liberar recursos y reducir costes, creando así un impulso importante para conseguir los mejores beneficios. Los CEOs más exitosos son aquellos que son significativamente más propensos a lanzar dichas iniciativas respecto a los líderes promedio.
- Los CEOs de alto desempeño no se preocupan demasiado por el rediseño administrativo de la organización, al menos en sus primeros años de gestión, pues tienen claro que la adaptación al cambio requiere tiempo y esfuerzo.
Los CEOs aspirantes a un debut exitoso tienen mucho que aprender de los mejores. Invertir en una revisión estratégica sólida proporcionará una perspectiva más segura de los objetivos organizacionales y tomarse el tiempo necesario para entender el contexto de la organización, ayudará a calibrar la velocidad y el alcance del cambio.