¿Has escuchado hablar del blockchain? Si no es así, apuntaló, pues a partir de ahora lo vas a ver en repetidas ocasiones. Este término, conocido también como cadena de bloques, es una tecnología que va a revolucionar y cambiar la relación de las personas con el mundo digital.
Pero, ¿qué es realmente el blockchain? Se puede definir como un registro o una base de datos enorme que es distribuida entre muchas partes diferentes. Este libro de cuentas digital tiene unos bloques que están enlazados y cifrados para proteger la privacidad de las transacciones. Además, es importante señalar que en el blockchain tiene que haber varios usuarios o nodos que verifiquen y validen las transacciones para que queden registrados en el libro de cuentas.
¿Cómo funcionan las transacciones en el blockchain?
En un principio, el blockchain puede resultar algo complicado de entender. Sin embargo, su funcionamiento es realmente sencillo. Con el siguiente ejemplo será más fácil imaginar cómo se realiza la cadena de bloques:
Una persona quiere enviar dinero a otra. Esa transacción es la equivalente a un bloque en la red. Ese bloque se va a transmitir a todos los usuarios que están vigilando y verificando para que la den como válida. Una vez que lo han aprobado, el bloque se incorpora a la cadena y queda registrado de forma totalmente transparente. De esta manera, el dinero llega a la persona que queremos.
¿Qué supone esto? En pocas palabras, el blockchain elimina los intermediarios. Actualmente, realizar la operación que acabamos de señalar es algo más complejo y lento, pues tenemos que pedir a nuestro banco que retire el dinero de nuestra cuenta y lo transfiera a otra. La diferencia con la cadena de bloques es que nosotros tenemos el control sobre el proceso y, por tanto, nos olvidamos de las condiciones y comisiones de los bancos.
¿Qué aplicaciones tiene el blockchain?
Este es solo un ejemplo de todas las aplicaciones que tiene o puede tener en un futuro el blockchain y que van más allá de las transacciones económicas, como por ejemplo las tres siguientes:
- Almacenamiento en la nube: actualmente utilizamos algunos servicios como Dropbox o Google Drive. Al igual que ocurría con los bancos, con estos programas estamos confiando los datos que almacenamos a esos proveedores. Por eso, se está estudiando crear una red basada en el blockchain para aumentar la seguridad y que el servicio sea menos dependiente.
- Registro de propiedades: otra de las utilidades en la que se está trabajando es en la de unificar el registro de propiedades urbanas y rústicas con la tecnología de la cadena de bloques. De esta manera, cualquiera podría consultar dichos datos en esta base de datos abierta.
- Voto en las elecciones: el blockchain podría acabar también con las papeletas y toda la infraestructura necesaria para organizar las elecciones. Con la cadena de bloques se aseguraría la privacidad de los votantes y se reducirían en gran medida los costes.