Para la mayoría de los usuarios de “apps”, éstas son tan sólo una herramienta útil y divertida para sus smartphones. Sin embargo, además de proveer de información, este tipo de software son recopiladores insaciables de datos: imágenes de nuestra vida pública o privada, hábitos de consumo o incluso nuestra posición física en un momento dado, pasan a formar parte del dominio público. Por supuesto, a pocas compañías se les escapa la significativa utilidad de toda esta información a la hora de maximizar su negocio. Y si se puede ganar alguna ventaja comercial, ningún dato es lo suficientemente insignificante como para que no sea recogido y analizado.
Algunas compañías utilizan estos análisis para adaptar sus productos de una forma más precisa a las preferencias de sus clientes, otros realizan su planificación de medios de forma más eficiente, aunque también los hay que venden los datos que recopilan a otros agentes que actúan como intermediarios en los mercados y que procesan toda la información recibida. Como apunta Financial Times en este reportaje, se trata de una auténtica mina de oro.