Algunas pistas para reducir tu estrés laboral

Fuente:WSJ

No está el horno para bollos. Recientemente, el CEO de Lloyd’s Bank, António Horta-Osório, tuvo que pedirse la baja por estrés. Tomó esta decisión por prescripción médica, al parecer tras cinco días seguidos sin pegar ojo.

Se trata de un caso extremo, pero que muestra bien a las claras hasta dónde llegan los efectos de una excesiva presión profesional.

Las restricciones presupuestarias, los objetivos inalcanzables, los despidos que te rodean, la presión de los consejos, la volatilidad de los mercados, los impagos…¿Cómo puede alguien sobrevivir en este entorno sin riesgo de estrés?

Nadie es ajeno a la posibilidad de entrar en un proceso de estas características, uno de cuyos primeros síntomas es el insomnio. Pero, según distintos especialistas, existen algunas costumbres muy básicas que pueden ayudar a reducir la presión, como recoge este artículo de WSJ.

Lo primero que hay que decir es que lo más importante es ayudar a los demás con una buena motivación, en vez de cargarles con dudas y responsabilidades que les distraigan. La necesidad innata de competir debe ser satisfecha y uno de los caminos más adecuados es no sólo hacer bien el trabajo propio, sino también apoyar a los demás y contribuir a su buen desempeño.

Como es lógico, la edad, la ocupación y las circunstancias familiares tienen bastante que decir respecto a las situaciones de estrés.

Pero lo expertos coinciden en que hay algunos pasos que pueden ayudarte a tomar el control de la felicidad en tu trabajo:

1. Encuentra el significado de tus tareas.  Un primer paso es comprometerte con un objetivo más allá de la promoción personal. Se trata de poder responderte a ti mismo porqué haces un determinado trabajo y recordar porqué estás en un negocio determinado.

2. Reduce tus expectativas. En el actual entorno, la empresa en la que trabajas no va a colmar al 100% todas tus esperanzas en relación a tu carrera profesional, tu vida social o tu crecimiento personal y profesional. Tienes que ser dueño de tu propia vida y ser consciente de que tus objetivos personales y profesionales pueden ser perseguidos incluso sin apoyarte en tu compañía.

3. Mira a los retos, no a los problemas. La actitud más adecuada es la de tratar de aprender y enfrentar nuevos retos. No se trata de demostrar que eres el más listo, sino de aprender de tus aciertos y tus errores. Si estableces objetivos intermedios, te sentirás más confortable en el largo plazo.

Lo cierto es que, con la que está cayendo, no es nada fácil mantenerse ajeno al riesgo de estrés, tanto por las propias dificultades del puesto que cada uno desempeña como a la vista de los numerosos colegas, conocidos o familiares que han perdido su puesto de trabajo. Al final, lo más recomendable, es valorar de verdad y en su justo término lo que uno tiene, tal y como recoge este artículo de WSJ.

Felicitación Navideña