«Esta conversación se ha desviado hacia una dirección equivocada. ¿Podemos volver atrás y seguir con lo que estábamos». Muchos personas agradecerían tener a mano de una respuesta así en algunos momentos de tensión en el trabajo para evitar dejarse llevar por las emociones y tener que arrepentirse después.
Un calentón, una discusión con un compañero o una mala respuesta a un jefe, pueden hundir la reputación laboral. Y aunque no tengan consecuencias inmediatas, sin duda empeoran el ambiente laboral y afectan a la autoestima de quien cae en ellas.
En su blog en Forbes, Liz Ryan, experta en recursos humanos y creadora de la plataforma Human Workplace, escribe un divertido artículo sobre los problemas generados por el mal temperamento en el trabajo y donde define cinco situaciones comunes que todos deberíamos evitar.
Destruirás tu credibilidad laboral, escribe Ryan, si haces alguna de estas cosas:
1. Entrar en términos personales cuando se trata de asuntos de trabajo. Es una situación conocida: en una reunión, muy a menudo en presencia de otros o de un jefe, se empieza hablando del trabajo, de los objetivos o de los resultados obtenidos y, sin que se pueda evitar, los comentarios o las críticas empiezan a ir hacia lo personal. En lugar de hablar sobre los hechos, comienzan los argumentos ad hominen y, después, todo empeora: «Es que tú…», dice uno. «Pues anda que tú…», responde el otro.
2. Entrar en una batalla con un compañero sobre la biografía de cada uno y el conocimiento que se tiene para tomar una decisión, con argumentos del tipo ‘tengo tantos años de experiencia en esto y por tanto estoy más capacitado que tú’. «Todo el que entra en una batalla biográfica parece idiota pero en el calor de la lucha no se da cuenta de lo tonto que resulta», escribe Ryan.
3. Poner a un compañero al pie de los caballos mintiendo sobre quién tuvo una idea, quién era responsable de hacer algo que salió mal o maniobrando para recibir una felicitación o evitar una reprimenda.
4. Difundir rumores sobre la gente … aunque sean verdaderos.
5. Dejar al equipo en la estacada en los peores momentos. Todos tenemos memoria y recordamos perfectamente quién se cabalmente y nos apoyó y quién pensó sólo en sí mismo.
Nada es más importante que la reputación, y esta se puede perder por un mal comportamiento o por una discusión. Como dice Ryan, todo el mundo debería tener a mano esta respuesta para cuando ve que las cosas empiezan a torcerse: «Esta conversación se ha desviado hacia una dirección equivocada. ¿Podemos volver atrás y seguir con lo que estábamos».