Al hilo del reciente anuncio de HP de segregar su división de PCs y volcarse en el desarrollo de una nueva estrategia orientada al software, este artículo de McKinsey viene como anillo al dedo para entender las ventajas de realizar un ‘spin off”.
Afirman los autores que hay que tener coraje para adelgazar una compañía, pero que esta decisión puede ser una fuente de creación de valor importante, eso sí, si se sabe cómo extraerlo.
Ciertamente, adoptar la decisión de desligar de una empresa una parte de su actividad no es sencillo, máxime si, como ocurre en el caso de HP, la división de ordenadores que va a segregarse es la que mayor volumen de ventas -aunque no de beneficios- aporta al Grupo.
Decidir de un plumazo que te haces mucho más pequeño es algo de difícil venta ante tus accionistas salvo que tengas clara la ruta hacia una nueva estrategia de crecimiento y rentabilidad.
Para los autores del McKinsey, el manual dice que los negocios deben ser gestionados por quienes más jugo les pueden sacar y por ello hay que saber recolocar en cada momento a cada actividad en las mejores manos.
Según este interesante análisis, hay numerosos casos de éxito en la decisión de segregar los negocios de las matrices que merecen ser analizados y es necesario romper con algunos tópicos, entre los que el principal quizá sea que una ‘spin off’ es un signo de debilidad.
La otra duda que surge, también objeto de análisis, es decidir entre un ‘spin off” o una venta pura y dura, un tema en el que el impacto fiscal debe ser muy tenido en cuenta, según McKinsey.
‘Finding the Courage to Shrink’ es una buena lectura de fin de semana sobre un tipo de operaciones que posiblemente se pongan de moda en los próximos meses.