El fabricante finlandés acaba de lanzar al mercado sus nuevos terminales móviles de última generación, los Nokia Lumia, y ha sorprendido agradablemente a los analistas.
Primero, por su capacidad para renovarse y recuperarse de sus últimos fracasos de la otrora líder absoluto del mercado de móviles.
Segundo, por la rapidez y versatilidad con la que ha incorporado Windows a sus terminales, tras el acuerdo suscrito meses atrás con Microsoft, en lo que se consideró su último salvavidas para retomar su posición de liderazgo innovador.
Y, tercero, porque ha dejado claro que no está dispuesta a perder comba en el mercado de los ‘smart devices’, un segmento de mercado en el que Apple y su iPhone, Samsung y su Galaxy, e incluso Rim y su Blackberry (pese a su reciente estropicio) estaban ganándole la batalla.
En este análisis de WSJ, la lectura sobre el lanzamiento de Nokia es positiva, aunque la duda es cómo recibirá el consumidor, que al final es quien manda, el nuevo y ambicioso paso de la compañía finlandesa.