Muchos bancosestadounidenses experimentaron una considerable mejoría en sus resultados deltercer trimestre del año anterior. El segundo trimestre también cerró susejercicios bancarios con resultados notables. En ambos periodos se batieron la mayoría de las previsiones del mercado yes precisamente por eso por lo que los inversores no terminan de comprender porqué las acciones de los grandes bancos disminuyeron en más de un 20% desde elinicio del tercer trimestre hasta el punto de que ahora cuatro de cada cincobancos operan por debajo del valor contable.
Muchos analistas culpan de todoello a la deuda soberana de la Europa de la crisis y a los temores de una nuevarecesión. Sin embargo, hay otros tres factores que también han influido en elasunto: la exigencia de nuevas aportaciones de capital impuesta por Basilea III, el impacto de las nuevas regulacionesbancarias en EEUU como consecuencia de la crisis financiera -la ley Dodd-Frank-,y la anulación de la deuda a miles de consumidores. Estos tres factores son losque realmente socavan el modelo de negocio tradicional bancario.
Desde el punto de vista delmercado, las perspectivas son tan alarmantes que no será suficiente con realizarpequeños ajustes, reorientar la inversión o reducir costes limando un poquitode aquí y otro de allá. Asegura la consultora McKinsey en su web que si losbancos mantienen el actual modelo de negocio, el ROE (returnon equity) se reduciría a un 7% para el año 2015, desde su actual nivel de11%.
De las tres amenazas, la másimportante proviene de las exigencias de Basilea III, propuestas por el Comitéde Basilea de Supervisión Bancaria. Sin atenuar los hechos, se podría reducirel ROE de algunos bancos hasta en cinco puntos porcentuales. Aunque losdetalles aún están siendo concretados, se estima que el sistema bancario deEE.UU. necesitará una nueva aportación de capital estimada en unos 500.000 millonesde dólares. Naturalmente que no hay que restar importancia ni a la condonaciónde la deuda a los consumidores ni a las nuevas regulaciones bancarias. Loscambios que tendrán que efectuar los bancos para adaptarse a las nuevas normaslos obligará, según McKinsey, a reinventar cuatro de sus principales negocios:la banca minorista de sucursales, los pagos, las hipotecas y las operaciones derenta fija.
Hasta que los inversores notengan evidencia de una transformación en el negocio de tarjetas,hipotecas y en las operaciones de venta libre van a seguir sin tener confianza en la capacidad de los bancos paraobtener tasas de rentabilidad atractiva.Los bancos por lo tanto, deben exprimir al máximo el rendimiento de cada dólar de capital, algoque en gran medida han dejado de hacer durante la década pasada, cuando elapalancamiento era posible. Estarán sujetos a la presión en aumento, de losinversores que quieren saber cómo seutiliza el capital, con que eficacia lo utilizan y como lossistemas de compensación apoyan losnuevos objetivos. Los bancos que históricamente habían orientado susganancias a la cuenta de resultados ahora debenvincularlas al uso del capital ajustado al riesgo.
La consultora estadounidense considera que pararehacer los cuatro negocios clave de banca, la industria tendría que aumentarel ROE general de cinco a seis puntos porcentuales. En este nivel, los bancos estarían logrando un ROE del 12% al 13%, bastante por encima de su costo decapital y en línea con sus 50 años de promedio. Sin embargo, las valoracionesno mejorarán hasta que los inversores adquieran una comprensión clara de los planes de los bancos para aceptar el nuevomodelo de negocio implícito en esta transformación, dice el artículo de McKinsey.